Se encuentra disponible la "Guía de Promoción de Salud y Prevención de Conductas Suicidas. Orientaciones para las instituciones educativas" elaborada por el Grupo de Trabajo sobre Salud Mental que funciona en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).
El grupo está integrado por la Unidad de Análisis e Intervención (UNAI-DDHH-Codicen), la División de Servicios Médicos, Prevención y Salud en el Trabajo (Codicen), equipos técnicos de las Direcciones Generales de Educación Inicial y Primaria (DGEIP), Enseñanza Secundaria (DGES) y Educación Técnico-Profesional (DGETP).
El documento tiene como objetivo brindar orientaciones a los referentes educativos en la prevención de la conducta suicida y la promoción de proyectos vitales. Para la elaboración se tomaron como referencia diversos documentos, trabajos y pautas elaborados a partir de investigaciones realizadas tanto a nivel nacional como internacional, vinculadas al sector educación y salud, así como la experiencia acumulada de los equipos técnicos de cada subsistema.
El suicidio y los intentos de auto eliminación (IAE) generan una gran afección en el plano individual, familiar, comunitario y social. Es por ello que resulta imprescindible implementar acciones preventivas a fin de disminuir los riesgos y promover los factores protectores.
En Uruguay, en el año 2020 y dentro de la franja etaria de 15 a 24 años, el suicidio fue la primera causa de muerte (MSP, 2021); el 68,3% de los adolescentes y jóvenes que se suicidan pertenecen al grupo de 20 a 24 años y el 30,4% al grupo de 15 a 19 años, siendo el 1,3% entre los 10 y 14 años (MSP, 2019). Se observa un aumento en la tendencia de conductas suicidas a edades cada vez más tempranas (Udelar, ASSE, ANEP, 2012), es por esta razón que cobra vital importancia el abordaje desde la promoción y prevención con las comunidades educativas.
La OPS advirtió que “la pandemia por COVID-19 puede exacerbar los factores de riesgo de suicidio” (OPS, 2020). Instó a hablar del tema en forma abierta y responsable, permanecer conectados aún durante el distanciamiento físico y aprender a identificar los signos de alarma para prevenirlo. Estudios recientes muestran que el aumento de la angustia, la ansiedad, la depresión, las situaciones de violencia (maltrato y abuso), el consumo problemático de sustancias y los duelos pueden incrementar el riesgo de que una persona decida quitarse la vida (OPS, 2020).
La pandemia del COVID 19 ha tenido un impacto negativo en la salud mental de la población, por lo cual resulta necesario que la comunidad educativa pueda identificar los factores de riesgo y de alerta para la detección e intervención oportuna. Los centros educativos como garantes del derecho a la vida, a la salud y a la educación son entornos protectores. Los adultos referentes de los centros tienen la posibilidad de sensibilizar en la temática, de hablar del tema, de promover proyectos de vida operando como un factor de protección y enlazando con la vida. En este sentido resulta fundamental trabajar con otros actores, tendiendo redes nacionales y territoriales.
Guía de Promoción de Salud y Prevención de Conductas Suicidas
Fuente: www.anep.edu.uy