Por Resolución N° 15, Acta N° 12 de fecha 1º de abril de 2003 del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, se creó la Secretaría Técnica de Formación Docente que, bajo la supervisión de la Dirección de Formación y Perfeccionamiento Docente y de la Gerencia General de Planeamiento y Gestión Educativa, tuvo por cometido elaborar un nuevo Plan de Formación de Maestros.
Se iniciaron las acciones con la elaboración del “Diagnóstico Integral de la Formación de Maestros”.
En dicho estudio se manejaron diversas fuentes de información cubriendo aspectos cualitativos y cuantitativos de la situación. Participaron como informantes los Directores de los Institutos de Formación Docente (IFD) e Institutos Normales (IINN), los profesores de esos institutos, los estudiantes de primer y tercer año y los noveles maestros (maestros que ingresaron a la docencia en el año 2002).
Este estudio aportó importante información referida a matrícula, perfil de ingreso de los estudiantes, tendencias y proyecciones.
También se consultó el “Estudio y evaluación de la Formación Docente: actividades y opiniones de estudiantes de Magisterio y “noveles” maestros”, realizado por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación, UNESCO, Buenos Aires, en el año 2003. Este documento presenta una evaluación del Plan de estudios 1992 y su reformulación del año 2000.
Por su parte, la Secretaría Técnica de Formación Docente llevó a cabo un plan de actividades basado en una metodología participativa e inductiva, que consistió en reuniones periódicas con los Directores de los IFD e IINN, con la Mesa Permanente de la Asamblea Técnico Docente de Formación Docente como interlocutor representativo de los profesores de los Institutos, realización de Salas Nacionales y Locales de profesores por área de conocimiento, y entrevistas y reuniones con la Federación Uruguaya de Magisterio.
Además fueron consultados: los Inspectores de Educación Primaria como representantes del subsistema donde se lleva a cabo el ejercicio de la profesión de maestro, figuras relevantes del Magisterio uruguayo, así como del ámbito universitario.
La elaboración del plan se realizó en cuatro etapas: a) definición de los cambios que según la percepción de los actores involucrados deberían llevarse a cabo, así como la definición conceptual y enfoque teóricos que sustentan los mismos, b) diseño de la estructura curricular, c) sistema de evaluación, acreditación y pasaje de grado, d) elaboración de los programas de las diferentes asignaturas.
La función de esta Secretaría estuvo centrada fundamentalmente en sistematizar información y propuestas, siempre dentro del marco teórico previamente acordado.
Triangulando las percepciones acerca de los cambios a realizar provenientes del ámbito de la formación (Directores de los IFD e IINN y Mesa Permanente de la Asamblea Técnico Docente representando a los profesores); del ámbito del ejercicio de la profesión (Consejo de Educación Primaria) y del ámbito gremial (Federación Uruguaya de Magisterio), se encontraron coincidencias respecto a:
Introducción
- consolidar una formación básica,
- ubicar las especializaciones en la formación continua post-título,
- profundizar en la preparación para el trabajo con las familias y la comunidad,
- instrumentar para la tarea docente en escuelas de contextos desfavorecidos,
- mejorar la relación teoría – práctica.
Estas percepciones contrastadas con el diagnóstico mostraron que:
- el recorrido hacia una profesionalización avanza muy lentamente,
- en la formación inicial es débil la preparación para el ejercicio de la docencia en escuelas de vulnerabilidad social, que son justamente en las que inician su carrera docente los maestros recién egresados (el Monitor 2003 de Educación Primaria muestra que los más altos porcentajes de maestros con menos de cinco años de experiencias se ubica en escuelas de contextos socio-culturales desfavorecidos),
- los conocimientos de las Ciencias de la Educación tienen poca incidencia en las experiencias de prácticas de aula,
- la coordinación entre los institutos y las escuelas (considerando a ambas como instituciones formadoras), es uno de los factores fundamentales para mejorar la relación teoría-práctica.